Ediciones Vitruvio.
Coleción Baños del Carmen
Madrid. 2014

ISBN: 978-84-942744-2-8
Hay que decir pronto que Erótica de la luz, subtitulado Liturgia de las horas, hace honor pleno a su nombre. Así como añadir que es un libro de temática muy distinta al libro que le precedió editorialmente, el ya famoso Desde todos los nombres, aún vigente, exigido y solicitado por toda la geografía nacional, libro en donde la autora muestra lealtad y coraje con la memoria sellada de las gentes que sufrieron. Aquí, en este libro que hoy nos convoca, Nieves aplica toda la capacidad de su mirada reflexiva para intentar comprender primero y apresar después el transcurrir del tiempo a través de una de sus evidencias: las alternancias en las intensidades de la luz. Dicho de otra manera, la sucesión desesperadamente armónica de los días y las noches, la gradación entre el brillo esplendente del mediodía y la negación desplegada de la nocturnidad. Entre ambas, la voz de la poeta es capaz de sugerir matices y funciones en el discurrir del Sol y de la Luna, sus aliados en el poema. (Paco Caro).
Nota: el texto precedente está tomado de la presentación que hizo Paco Caro de este libro en el Café Comercial, el 20 de octubre de 2014. A continuación se puede leer el texto completo.
A continuación algunos poemas del libro.
NACER, VIVIR, CRECER, MORIR
NACER cada mañana
en un día distinto,
herederos del viento
y dueños de la luz.
Aprehender los segundos
en palabras que quieren ser poema,
en silencios cifrados, infinitos,
girando alrededor de esa liturgia
que ha inventado la aurora.
CRECER como un arpegio,
alargando el sonido,
inventando el paisaje,
la eterna sinfonía de los pájaros,
el llanto de los árboles,
y la hondura del mar.
VIVIR en el dilema
del ser y del no ser,
en un rito de versos,
en esa rueda azul y cotidiana
que gira con nosotros
alrededor del mundo;
con promesas de amor en los bolsillos,
iniciando
la diminuta esencia del misterio,
mientras todo se mueve y se termina
el tiempo en el reloj.
MORIR entre dos luces,
-justo al anochecer-
cuando nace el milagro de la vida.
CADA DÍA
Cada día amanece, cada día
el Sol sin rechistar se va a la cama,
la Luna se despierta y alguien ama
como si nadie amase cada día.
Cada día hay quien nace, cada día
hay quien muere y quienes -en pijama-
se viste o se desviste, ajeno al drama
que anunciará la prensa cada día.
Cada día alguien sueña, cada día,
la luz de mi ventana se oscurece
y todo vuelve a ser intimidad.
Cada día vivimos. Cada día
-tras el rito de amar- se desvanece
la muerte y es mentira la verdad.
Las huellas de la luz
1
Las huellas de la luz,
en los primeros rayos vespertinos,
simulan al trasluz
los paisajes marinos
en sus tenues reflejos clandestinos.
Desde que nace, el Sol
ya le sigue los pasos a la Luna,
le regala un farol
que ilumine su cuna
tras desgranar las horas una a una.
Cuando comienza el día,
apenas se despierta la mañana,
invade su armonía
cantándole una nana
junto al silencio gris de su ventana.
El tiempo se detiene
casi dormido sigue el astro errante –
y esa pausa contiene
la fuerza dominante
de la luz que titila en su semblante.
Nieves Álvarez Martín