Esta antología es un recopilatorio de las jornadas realizadas en 2013 en el Colegio de Arquitectos. Reúne a 51 poetas, artistas plásticos, músicos y arquitectos alrededor de diversos conceptos universales cuyo significado se enriquece desde la sensibilidad y expresión de cada disciplina, donde los poetas comparten sus versos, los artistas plásticos realizan una obra o instalación que está presente durante el acto, la música habita el espacio y la colaboración de los arquitectos hace referencia a las cualidades espaciales y físicas de los conceptos.

Poesía, Música, Arquitectura y Artes Visuales. Editado por con apoyo de la Fundación Santander Creativa. Santander 2013
Coordinado por Dori Campos
Entre los escritores participan Julio Maruri, Carlos Alcorta, Lorenzo Oliván, Nieves Álvarez, Guillermo Balbona, Marta San Miguel, Maribel Fernández Garrido, Rafael Fombellida, Ana G. Negrete, Rosario Gorostegui, Vicente Gutiérrez, Miguel Ibáñez, Marcos Manrique, Regino Mateo, Noé Ortega, Alba Pascual, Gloria Ruiz, Adela Sainz Abascal, Marcos Díez y Raquel Serdio, entre otros.
Mi participación fue doble: poesía e instalaciones artísticas.
LUGARES SENSIBLES
FEBRERO – ENTORNO / VINCULOS
POESÍA
1
La ventana
Miro por la ventana y amanece.
El sol se despereza aún escondido
en el tul transparente de una nube.
Una tenue neblina desdibuja el paisaje
y las casas, los árboles, los coches,
comienzan a emerger
en sus preocupaciones,
sus rutinas,
sus enormes deseos de vivir.
Miro por la ventana,
observo los contornos
que vibran en la luz,
invento sus hechuras
y dibujo en el aire nuevas formas
de combinar palabras.
Quiero abrir las compuertas de los versos
a tanta claridad.
Miro por la ventana y veo un barco,
navega lentamente,
quiere llegar a puerto
mientras siente como baten las olas
sobre su casco antiguo.
Miro por la ventana, en lo alto
aún se contonea
- apenas perceptible –
la silueta callada de la luna.
Todo está silencioso,
el viento
enarbola su magia
y yo escribo
el torpe simulacro de un poema.
Miro por la ventana,
aromas a café y pan recién tostado
inundan la cocina.
No hay nada más hermoso
que ver amanecer.
2
Misterio
Se levanta
cuando comienza el día,
me persigue
hasta el cuarto de baño,
toma café conmigo,
me lleva la contraria, me provoca.
Cuando sonrío llora, cuando lloro sonríe,
la veo
en el interlineado del periódico,
cuando hace gimnasia en mi cintura.
No me concede tregua,
se apodera de mí.
Es un todo continuo,
un lugar en el tiempo y el espacio.
Parpadea detrás de las ventanas,
en las puertas abiertas al instinto,
en las enredaderas de los muebles
y en el cuarto de estar.
Su juego me enloquece,
su energía me deja sin aliento.
Se columpia en los árboles frutales,
se sube a los tejados,
aúlla, me interroga,
camina por mi cuerpo, me acaricia
y me hace el amor.
Tal vez mañana, ayer,
hoy o pasado mañana
su búsqueda me encuentre
descifrando su misterio:
el clandestino aroma de las flores.
3
Recuerdo fugitivo
Era una tarde de esas que la lluvia
vaciaba las calles y las plazas,
se encendían los sueños
de cada chimenea
y los labios hablaban
con historias de siempre.
La penumbra era otra
y era otra la luz y las cigüeñas,
la vida de las sombras era otra,
eran otras las manos,
otras las caricias,
otros los nombres, verbos y adjetivos,
otros sus titilantes bailes en la pared
y otras las siluetas
convertidas en pájaros o nubes,
leones, cocodrilos, codornices,
desvelando los ojos
hambrientos de los niños.
Junto al fuego las horas
tenían el sabor de las palabras.
Tu piel junto a mi piel,
-incandescente-
descifraba el misterio
de la vida.
Mientras, en el tejado,
la lengua de la noche
lamía con su tambor de agua
las venas del invierno.
4
Invierno
Iniciaba el invierno
una nueva aventura:
el frío obligaba a emigrar a las cigüeñas,
a volar a otros cielos a los pájaros,
a esconderse del mar a las gaviotas
y a enfermar de placer
a los delfines.
Los intentos del frío y el calor
eran otra manera de acabar el otoño,
un sinónimo ambiguo
del despertar del viento,
una mano rozando
la piel de los latidos minerales,
unos labios abiertos,
un suspiro cerrado
y un sollozo de sauce
invitando al amor.
Era febrero
- lo mismo que ahora –
un febrero informal,
despierto, irreverente,
un febrero imposible y clandestino.
Tú dijiste mi nombre y yo acudí.
Desnudos ya los árboles
y desnudos nosotros,
el invierno duró
lo que dura una vida.
5
Conjugación
A veces,
asistes sorprendido
al espectáculo
de ver caer las letras
desde el papel al suelo:
se suicidan,
no quieren
que sigas escribiendo,
no se hacen responsables
de tus contradicciones,
de tus miedos y dudas,
tus silencios.
Reniegan
del pasado continuo,
del presente imperfecto,
del futuro irreal, imaginario.
Observas
y sigues adelante,
golpeando con rabia
las mayúsculas,
las interrogaciones,
los puntos suspensivos.
Descubres
cómo se van muriendo
una a una,
que cada vez
te quedan menos letras,
ya no puedes
escribir una estrofa coherente.
Y lo sabes,
por fin lo has comprendido:
el poema
(lo mismo que la vida)
nunca acaba
hasta el último verso.
INSTALACIONES
Había cinco instalaciones de mi autoría.
Tres de ellas bajo el título Bosques animados (homenaje a Brosa, Plensa, Chema Madoz y poetas de Cantabria)
Instalación 1.- Vídeo instalación: Vivir el bosque
Instalación 2.- Vídeo instalación: El sonido del bosque
Instalación 3.- El bosque iluminado de las letras
Instalación 4: Abecedario (homenaje a Bárbara Kruger)
Instalación 5: Poemas líquidos (homenaje a poetas de Cantabria)
Incluyo el texto que leí para explicar las instalaciones:
BOSQUES ANIMADOS
Mis bosques, vuestros bosques, son obras que se apropian de la poesía en abstracto y de la poesía en concreto (de mis compañeros, de mi poesía), de la poesía de antes y de ahora, del dadaísmo y el surrealismo, del arte y de la arquitectura. Una poesía vinculada a un entorno, a una forma de ver y de mirar. Son bosques diferentes pero vinculados por la palabra. Repletos de símbolos, lenguaje oscuro y cercano, luminoso o hermético; bosques que necesitas de la interpretación de quien lo mira. En ellos está presente la erótica de la palabra, la creación del tiempo y la configuración de la luz, el agua, los espejos. Formas diferentes de escribir un mismo poema, la vida, la poesía.
Si no pudiera escribir, en los momentos de euforia sería guerrillero, en los de pasividad prestidigitador. Ser poeta incluye las dos cosas, Joan Brossa lo sabía. Yo creo que escribir es, también, buscar otras formas de expresión poética en conexión con los demás, junto a los demás y teniendo en cuanta a los demas.
Porque la verdadera materia del arte, de la poesía, de la arquitectura son las ideas. Estas ideas están ahí, son energía que emana de los objetos, de los espacios, de las personas… Creo verdaderamente en este principio y en la poesía como herramienta de trabajo. Me parece que el poeta, como dice Jaume Plensa, es quien manifiesta una actitud verdaderamente radical. Muchas de mis obras son pequeños homenajes a la actitud del poeta ante las cosas. El poeta, el artista, el arquitecto, son los principales motores de la sociedad.
Creo junto a Blake que un pensamiento puede llenar la inmensidad y junto a Chema Madoz y su poética de la transubstanciación, que los poetas buscan-buscamos el rostro oculto de las cosas. Porque materializar el sentido es sin duda un ejercicio poético, esencialmente poético. Madoz utiliza los objetos como si fueran palabras de un vocabulario nítido, un nuevo orden, una nueva verdad simbólica que resalta, por impacto, el desorden de la lógica.
Por eso, mi bosque, vuestro bosque, es un homenaje a los poetas, un homenaje a Madoz, Brosa, Plensa, MADOZ, Bárbara Kruger, a todos los poetas, a todos los artistas, a todos los arquitectos que buscan crear nuevos entornos, nuevos vínculos. Y es que, como diría Baudelaire, cuando nos ponemos a crear juntos -los poetas y artistas- (y arquitectos) somos Hércules sin empleo y yo añado, pero con mucho trabajo y mucha ilusión.
Nieves Álvarez Martín
20 de febrero de 2013