Madrid 2010
Maqueta: Juan José Alcolea
Portada: Fernando Fiestas
Dibujos: Fernándo Fiestas, Jesús Cantero
Fotografía: Juan José Alcolea.
Edita: verbo Azul.
Colabora: Universidad Popular de Alcorcón. Concejalía de Cultura.
D.L: M-17559-2010
Este es uno de los poemas de Nieves Álvarez en la antología
GEOMETRÍAS DEL ALMA
I
Llegas a mí plagiando caracolas,
dibujando suicidios,
esgrimiendo
poemas como sables
y nubes de algodón que resucitan
esa forma tan tuya
de argumentar silencios.
¿Desde qué geometría aprendiste a volar?,
¿en qué gramática
es posible inferir esa liturgia
en la que los semáforos esperan
y las personas vagan
dejándose vencer por la tristeza?
Marcas el territorio como un gato,
inventando las balas
que impactan contra el suelo,
y pretendes servir al calendario
como blanco perfecto
que derrocha
auroras boreales.
Llegas inevitablemente insomne,
con los ojos de mar en la patera
de todos los suicidas
que buscan otra luz.
II
Vives
interpretando un film de todo a cien
en el que nadie se conoce el guión,
mientras, diriges
una orquesta de pentagramas mudos
y partituras ciegas.
¿Desde qué diccionario se definen
las voces de los muertos?
El ascensor se para entre dos pisos,
no respiras,
no quieres respirar por si estuviese
debajo de tus pies
el último tranvía.
Debes seguir creyendo que es posible,
anidar en la boca de los pájaros,
iniciarte en la magia de los árboles
y subir las montañas desplegando
tus alas de papel.
III
Puede que hayas buscado explicaciones
en otros universos,
que no quieras mirar por la ventana
de tantas emociones,
que prefieras callar,
pero no puedes
dejar de preguntarte por las voces
de todos los don nadie,
por las manos sin bocas,
sin pan y sin caricias,
por el temblor del suelo,
por los sueños que nadie soñará.
Puede que hayas buscado explicaciones
y las preguntas sigan sin respuestas.
Tal vez debas buscar nuevas preguntas
y fugarte a otros ríos
en los que las palabras
no aprendan a mentir.
IV
Pero tú te resistes
y tomas un café sin cafeína,
un vino sin alcohol,
una noche sin luna,
un amor de rebajas
y un pincel
para pintar el borde del abismo..
Te aferras a costumbres,
a ritos aprendidos
que no pueden
reflejar tu silueta en el cristal.
V
Tienes que plantearte seriamente
una nueva manera
de exorcizar fantasmas.
Y por ello,
quisieras comprender por qué se mudan
los pájaros de cielo,
por qué tienen los árboles sus hojas
prendidas en tu alma,
por qué son los poemas
más tristes esta tarde
y por qué las caricias
no han dejado de ser
imprescindibles.
Quisieras comprender esos porqués
que llueven en la piel como aguijones
y denuncian un tiempo que no cesa
de seguir caminando en tu reloj
en los días de niebla.
Quisieras recluirte nuevamente
entre sus brazos
-como una sonámbula-
y caminar por los acantilados de su cuerpo
y subir a la luna en lianas de besos
y perder la cabeza entre almohadones,
mientras sigue lloviendo y la palabra
es una nueva forma de suicidio
que se inventa el amor.
VI
No habrá un después de ti, después no hay nada,
ni adelante, ni atrás, ni arriba, abajo.
No encontraré jamás ningún atajo
que me lleve a enterrar nuestra balada.
No habrá ninguna luz iluminada,
ningún amanecer, porque de cuajo
se arrancará mi voz. Ningún legajo
guardará este temblor en la mirada.
No podrá renacer poema alguno
que contenga en sus tripas la locura
de este estar sin vivir en la cubierta
de un barco a la deriva. Que uno a uno
se marcharán los sueños a la altura.
No habrá un después de ti. Yo estaré muerta.
VII
Al alimón jugaba y presentía
que una sombra trenzaba sus dos trenzas
desdibujando el tiempo
y sonreía dentro del ascensor
que la bajaba
a la calle del sol donde vivía.
La niña de las trenzas encendía
su mirada en la noche.
Si volaba el ruiseñor muy cerca
no moría porque su trino alegre
la salvaba.
Nieves Álvarez Martín